Después de naufragar en Streedagh, en una tragedia en la que murieron alrededor de 1.100 hombres, el capitán Francisco de Cuéllar sobrevivió al propio naufragio y luego a los asaltos que perpetraron los irlandeses a aquellos que conseguían llegar a tierra firme. Cruzó a pie, casi desnudo y herido de gravedad, el noroeste de Irlanda durante siete meses. Resistió, junto a ocho españoles más, un ataque de 1.700 soldados ingleses. Logró viajar hasta Escocia y desde allí a Flandes, desde donde pudo regresar a España después de sufrir otro naufragio.
Hoy viajamos con él a Irlanda para recorrer la Ruta de Francisco de Cuéllar (The Cuéllar’s Trail), una propuesta de viaje para realizar en tus próximas vacaciones a Irlanda y donde podrás visitar algunas de las zonas más bellas de toda la Isla Esmeralda.
La ruta de Cuéllar que proponemos, algunos de sus personajes y situaciones han sido dramatizadas por lo que no deben de considerarse como un relato fiel a los hechos, sino inspirado en los mismos.
¿Quien es Francisco de Cuéllar?
No sabemos cuando nació el Capitán Francisco de Cuéllar, pero posiblemente nació en Arnedo (La Rioja), ya que cuando las cosas se le ponían realmente mal invocaba a la Virgen de Hontanar (patrona de ese municipio) o bien en el pueblo que le dio su apellido, Cuéllar (Segovia), aunque lo más posible es que fuese vallisoletano, algo que las pruebas documentales parecen afirmar.
Sí sabemos que desde joven se enroló en la Armada de Felipe II, que luchó contra los franceses en Brasil y en la batalla de la isla Terceira en 1582; pero lo realmente increíble fue su epopeya irlandesa. Epopeya que narraría de su puño y letra en una carta mandada al Rey Felipe II y que conservamos a día de hoy.
Hoy los irlandeses, mucho más preocupados que nosotros por mantener viva la historia de aquellos marinos olvidados de la Armada Invencible, tienen habilitada y señalizada una ruta para recorrer en coche o en moto el camino que anduvo el Capitán Francisco de Cuéllar y que comienza, como no, en nuestro querido pueblo de Grange (el pueblo que conmemora todos los años un homenaje a los náufragos de la Armada Invencible).
1-Streedagh (Grange). Su naufragio
Fue aquí, en la playa de Streedagh donde el 21 de septiembre de 1588 naufragó el barco donde iba embarcado el capitán Francisco de Cuéllar, la Lavia, junto a otros dos más, la Santa María del Visón y la Juliana.
Según sus propias palabras, el mar se alzó como para tocar el cielo y embistió a las tres naves contra la costa, de tal manera que el espacio de una hora los tres barcos quedaron despedazados, ahogándose más de mil hombres, entre ellos mucha gente principal, capitanes y caballeros.
La playa de Streedagh es por si misma absolutamente espectacular y merece la visita aunque no te interese en absoluto la historia. El pueblo de Grange es además un sitio encantador lleno de gente amable y con ganas de charla.
Para aquellos pocos que sabían nadar en aquella época (ser marino no implicaba saber nadar, por extraño que nos parezca hoy en día), el llegar a la costa no era, ni mucho menos, sinónimo de salvación. En la playa, los “salvajes” irlandeses, desnudaban y robaban a los náufragos, mientras que las tropas inglesas que ocupaban Irlanda se dirigían a toda prisa a la costa a rematar a los supervivientes.
Cuéllar, a pesar de tener graves heridas en sus piernas, logró llegar a la playa, esconderse y pasar la noche a la intemperie. A la mañana siguiente intentó buscar refugio en un pequeño convento que divisó a lo lejos…
2-Staad Abbey. Los doce españoles ahorcados
Poco le duró la esperanza al capitán Francisco de Cuéllar de encontrar refugio en la pequeña abadía de Staad, a muy poca distancia de la playa de Streedagh. El monasterio había sido abandonado por los monjes debido a las fechorías del ejército inglés; las imágenes de los santos habían sido quemadas y doce españoles colgaban ahorcados de su techo.
Las ruinas de Staad Abbey están muy cerca del lugar del naufragio y pueden visitarse, aunque al estar en terreno particular, no es aconsejable saltar la pequeña valla para proteger el ganado sin permiso del dueño (al que es posible ver por los alrededores). Estas ruinas son realmente conmovedoras, aunque el estudioso local Joen McGowan ha sugerido (en marzo de 2017) que realmente la abadía a la que cita Cuéllar estaría situada en lo que actualmente es la iglesia de Ahamlish, al norte de la playa, en Grange, donde cerca de ella la tradición popular sitúa el “Gáirdín a ‘Bhádh”(el jardín de los ahogados). ¿Interesante, no?
Sin comida y herido decidió intentar volver a la playa donde se topó con dos hombres ensangrentados y desnudos, Alonso y Baltasar, marineros de la Santa María del Visón. Llorando, se abrazaron. La playa permanecía repleta de cadáveres (llegaron a contar más de cuatrocientos), llegando a enterrar a alguno de ellos en la playa excavando con sus propias manos.
Algunos irlandeses compasivos que presenciaron aquella imagen desgarradora, se apiadaron de ellos y les indicaron una ruta para llegar a un sitio seguro.
Cuéllar, malherido, no pudo seguir el ritmo de sus compañeros, que se adelantaron en su fuga dejándolo a él continuar sólo.
Desde una colina divisó unas chozas de paja, para las que debía de llegar atravesando el fondo de un valle boscoso. Estaba allí, cuando cuatro personajes le abordaron y robaron su cadena de oro y unas reliquias que portaba en un pequeño escapulario. A pesar de maltratarlo y robarlo, también uno de ellos le di un ungüento para curar las heridas de su pierna y le indicó la dirección donde un señor irlandés, amigo de su rey Felipe II, estaba acogiendo a los supervivientes de los naufragios. Era el territorio del Señor de O’Rourke.
El capitán Francisco de Cuéllar, a pesar de llamar “salvajes” a los irlandeses, siempre tuvo claro que su encuentro era mucho mejor que el encontrarse con los ingleses. Los salvajes irlandeses robaban, pero solían dejar a sus víctimas vivas y a su merced. Ahora bien, con este pobre bien se ensañaban, pues en la ruta que debía seguir para intentar ser ayudado fue de nuevo asaltado por otro grupo de irlandeses que lo molieron a palos y lo dejaron en cueros y helado de frío.
3- El lago Glencar
Después de dos días de caminata renqueante ,durmiendo en cuevas y vestido con helechos y paja divisó un lago, el lago Glencar y en su orilla unas cabañas abandonadas. Una de ellas, la que mejor le pareció para guarecerse le brindó, por fin, una alegría; el encuentro con tres españoles supervivientes de un grupo de once náufragos y una cena a base de bayas y frutos del bosque.
El precioso entorno del lago Glencar tiene como estrella su hermosa cascada. El entorno es idílico si no vas desnudo, hambriento y con una pierna rota. Haz la prueba.
4-El castillo de O’Rourke y la tragedia del Girona.
Los cuatro españoles se dirigieron juntos hacia el territorio de O’Rourke, no sin antes recibir auxilio de unos irlandeses católicos que cuidaron y curaron a Cuéllar de sus heridas. Deprimido y agotado en extremo, Cuéllar se mantuvo casi inconsciente durante toda una semana cuidado por estas almas caritativas. Sus compañeros, temerosos de encontrarse con tropas inglesas, se adelantaron en el camino dejándolo al cuidado de esta familia irlandesa.
Briand O’Rourke tenía por entonces a más de setenta supervivientes de los naufragios de la Armada Invencible en Irlanda , la mayor parte de ellos heridos y apenas vestidos. Las noticias de que el galeón Girona iba a su rescate provocó la partida de algunos españoles hacia la costa. Cuéllar, a pesar de intentar llegar hasta él, no pudo hacerlo por su extrema debilidad. El pobre Girona, maltrecho por los vendavales no hizo sino recoger a algunos de aquellos desdichados para naufragar prácticamente de inmediato, llevando a la tumba a más de doscientos marinos. En esta ocasión, la escasa movilidad del capitán Francisco de Cuéllar le salvó la vida. De este naufragio, Cuéllar sería informado en los alrededores de la Calzada del Gigante.
Hoy en día, apenas se pueden ver unos lienzos del castillo de O’Rourke.
5- Lurganboy
Perdido después de quedarse el último del grupo de españoles que intentaban ser socorridos por el Girona, agotado y pensando en el suicidio, se encontró con un católico irlandés que, siendo clérigo, le permitió entenderse con él en latín, lengua que Cuéllar dominaba.
Le indicó como dirigirse de nuevo a territorio dominado por señores beligerantes de los ingleses y hacia allí partió.
Lurganboy es una minúscula comunidad que cuenta apenas con una parada de autobús y en la zona de paso hacia el lago Melvin, que visitaremos en nuestra séptima parada.
6-Largydonnel. “Suelta el martillo, hideputa”
Increíblemente, Cuéllar sigue con la mala suerte a sus espaldas y es apresado por una pareja que lo encadena con el propósito de hacerle esclavo en su herrería. Como lo oyes, el capitán Francisco de Cuéllar es ahora esclavo de un herrero.
Permaneció allí esclavo casi dos semanas, hasta que el clérigo que le había ayudado pasó casualmente por la herrería y, recriminando su actitud al herrero mandó al día siguiente a un grupo de gente mandados por MacClancy (uno de los señores que ,beligerantes con los ingleses, ayudaban a los españoles en su huida). Entre los que acudieron en su socorro había también un español llamado Salcedo, que había naufragado en la costa de Donegal y que viendo como el herrero se disponía a martillear en la cabeza a Cuéllar para evitar su rescate, seccionó la yugular del maldito herrero mientras exclamaba un castizo: “Suelta el martillo, hideputa”.
Cerca de la oficina de correos de Largydonnel, apenas un caserío de 60 habitantes, y según la tradición local, un camino a la derecha del puente lleva a las ruinas de la antigua forja donde Cuéllar fue esclavizado.
7-El castillo de MacClancy, Rossclogher. Cuéllar descubre la cerveza y alguna cosa más.
Levantado en una isla en el extremo oeste de la costa sur del lago Melvin, el castillo tenía forma circular y estaba rodeado por gruesos muros. Situado en un entorno idílico, poseía un patio central, una iglesia y un campanario.
Hasta allí lo acompañó Salcedo y allí le presentó al resto de españoles, ocho náufragos, a los que MacClancy (al que los españoles llamaban Manglana) brindaba su protección. Cenaron carne de vaca, cabrito, manteca de cerdo, pescado asado, bayas, leche agria, pan de avena y “una bebida turbia y áspera, con sabor a hierbas amargas”. Después de tanto sufrir, que menos que una cerveza ¿no?.
Allí tenemos a nuestro capitán, recuperándose al fin de sus penurias y empezando a demostrar de nuevo sus habilidades sociales. Encantador hombre de mundo, hablador y culto, hechizaba con sus narraciones y sus trucos (como el de leer la mano) a todo el vecindario, y en especial…al público femenino. Hasta la misma Enihm, esposa de MacClancy, no dejó de “tirarle los tejos” hasta hacerlo retozar con ella.
Cómo no, tanta felicidad no nos parece cuadrar en nuestro sufrido Cuéllar, así que pronto lo veremos de nuevo sumirse de nuevo en la desdicha.
El virrey inglés Fitz William había partido de Dublín hacia el norte de Irlanda con un ejercito de 1.700 hombres dispuestos a la caza de los náufragos de la Armada Invencible. MacClancy, conocedor de las represalias que le esperaban por ayudar al enemigo español decidió trasladarse con todo su pueblo y su ganado a las montañas del norte del lago Melvin invitando a los españoles a acompañarlo.
Eso de la famosa frase española de que “¿a que no hay huevos?”, parece que ya se estilaba por entonces, porque incomprensiblemente Cuéllar y los otro ochos españoles acuerdan quedarse en el castillo para defenderlo. Tienen siete mosquetes, seis arcabuces, unas pistolas, alguna espada…y una despensa para resistir seis meses.
Los ingleses ya están a tiro de piedra del castillo. De hecho, ahorcan a dos náufragos apresados por ellos para intentar minar su moral. No pueden permitirse un ataque frontal en un entorno embarrado y apenas pueden irles lanzando algunas flechas y exclamando algunos insultos. Un empeoramiento del tiempo hace que, después de diecisiete días de asedio los ingleses abandonen su propósito.
Las noticias de la humillación inglesa se extendieron por toda Irlanda, MacClancy recuperó su castillo y llegó a ofrecerle a una de sus hermanas por esposa. Cuéllar, ya deseoso de volver a España declinó su matrimonio y una vida futura en tierras irlandesas y abandonó junto a cuatro de los españoles al clan McClancy, mientras que otros sus otros compañeros decidieron quedarse como guardas del señor irlandés y rehacer sus vidas en aquella comunidad.
Era ya enero de 1589 cuando el capitán Francisco de Cuéllar y sus compañeros emprendieron camino a la región del Ulster, desde donde poder embarcar hacia Escocia, como primer paso de su ansiada vuelta a España.
8- La Calzada del Gigante
El 24 de enero de 1589 Cuéllar y sus compañeros deambulan por los alrededores de la Calzada del Gigante, un impresionante paisaje volcánico en las orillas del Ulster.
Allí conocieron la desgracia de la Girona, navío de la Gran Armada que había naufragado 3 meses antes y que, con una tripulación de 1.300 hombres (había recogido a los náufragos de otros dos barcos de la Armada Invencible) había dejado sólo 5 supervivientes. Los lugareños le enseñaron las joyas saqueadas de aquél infausto botín.
La calzada del Gigante es un auténtico museo natural esculpido por columnas de basalto. De visita obligada junto al Ulster Museum de Belfast, donde hay una magnífica colección de objetos recuperados del Girona.
9-El castillo de Dunluce.
Sus compañeros que habían decidido separarse de él para buscar un puerto (recuerda que nuestro capitán va casi totalmente cojo desde hace ya cuatro meses) y Cuéllar estuvo casi con toda seguridad deambulando por las cercanías del castillo de Dunluce, hoy unas evocadoras ruinas que el mar se encargó de labrar debido a estar colgado prácticamente de un acantilado.
Las ruinas de este castillo son muy populares y el entorno es una auténtica preciosidad, pero ten en cuenta que tanto la Calzada del Gigante como Dunluce Castle son muy turísticas y suelen estar muy concurridas.
10-Castleroe
Recibió cobijo en la comunidad del señor Ockan O’Cahan, en el pueblo de Castleroe, en las que unas mujeres se ocuparon de cuidarlo durante al menos un mes y medio. Nuestro cojo conquistador nos habla de la hermosura de sus mozas y de la mucha amistad que con ellas mantuvo. Pillín, pillín.
Pero una vez más, los ingleses no cejan de su empeño de “cazar” españoles, las noticias vuelan y el territorio está lleno de ingleses. In extremis, Francisco de Cuéllar tendrá que abandonar los cuidados femeninos por nuevas jornadas de huida entre montañas. Su salud recuperada después de tantos mimos le permite hacer ahora jornadas de 30 kilómetros en un día.
11-Binevenagh. Cuéllar salvado por el obispo.
Conocedor de que un obispo católico, Redmond O’Gallagher, estaba protegiendo a algunos compañeros de la Felicísima Armada, en la zona costera de la desembocadura del rio Foyle se dirigió hacia allí en busca de protección.
Otros doce españoles estaban allí, tratados con simpatía y generosidad y con servicio de misa diario. Allí esperó durante seis días los preparativos de un barco que los debería de llevar a Escocia en una travesía de dos días.
La zona de Binevenagh es conocida por sus preciosos paisajes para el senderismo y declarada zona de especial belleza paisajística.
12-Magilligam Point. Vamos, que nos vamos.
Al fin un barco para comenzar el retorno. Embarcando en Magilligam en una tradicional barcaza irlandesa (un curragh), hecha con un bastidor de madera recubierta de cuero pero que al menos flotaba, el capitán Francisco de Cuéllar junto a diecisiete compañeros parten hacia Escocia. Era un día de principios de abril de 1589.
Magilligam es una zona de gran belleza natural y preciosas playas.
13-La aventura continúa
Y hasta aquí la aventura de Cuéllar en Irlanda, y digo en Irlanda porque la pequeña barcaza irlandesa fue desviada por una tormenta hacia las islas Shetland, donde tuvieron que reparar durante dos días ese cascarón para luego llegar hasta Escocia.
Escocia no les brindó la ayuda que ellos esperaban, los escoceses se mostraron indiferentes con ellos y no estaban dispuestos a darles ninguna ayuda. Tan sólo algunas familias nobles católicas se prestaron a ello.
Una vez que consiguieron contactar por correo con el Duque de Parma, un mercader escocés que residía en Flandes fue contratado para llevarlos a Flandes. Era septiembre de 1589, justo un año después del naufragio de su barco en la playa de Streedagh, cuando el capitán Francisco de Cuéllar embarca con destino a Flandes.
El 22 de septiembre de 1589 los cuatro bajeles contratados por Parma para su regreso a Flandes fueron atacados por barcos enemigos holandeses. Dos de ellos fueron hundidos y en el que viajaba Cuéllar naufragó en los bancos de arena de la costa. Una vez más, Cuéllar salva su vida agarrándose a un madero para llegar a la costa. Ha naufragado dos veces en un año.
A partir de ahí su vida como militar, a las órdenes de Alejandro Farnesio, lo llevará entre 1589 y 1598 a París, Calais, el sitio de Hults…Entre 1599 y 1600 pasará a estar bajo el mando del duque de Saboya y en 1600 pasará a Nápoles bajo el mando del virrey de Nápoles el Conde de Lemos.
En 1601 fue nombrado capitán de infantería en un galeón con destino a las Antillas y en 1602 hacia América en la flota de don Luis Fernández de Córdova.
Entre 1603 y 1606 residió en Madrid y es posible que volviese al nuevo continente en 1607, aunque le perdimos la pista y desconocemos si tuvo hijos y dónde y cuando murió…
Conocemos mucho de el capitán Francisco de Cuéllar gracias a conservar su carta a Felipe II, lo increíble es pensar que muchos de sus compañeros náufragos de la Armada Invencible en Irlanda vivieron odiseas similares, con finales dispares y de los que, desafortunadamente no tenemos ni tendremos noticias.
En 2020, la Spanish Armada Ireland ha realizado un pequeño documental narrando parte de la fantástica historia vivida por Francisco de Cuéllar y protagonizado por el actor español Fernando Corral. Puedes descargarlo, tanto en castellano como en inglés, en la página de la Spanish Armada Ireland.
Bibliografía:
-«Truth, Honour and Justice: The Military tribunals of Capitán Francisco de Cuéllar 1583/1584 and 1588». Francis Kelly. Aigne, 2014.
-«El capitán Francisco de Cuéllar antes y después de la jornada de Inglaterra». Rafael M. Girón Pascual. Actas de la XI Reunión Científica de la Historia Moderna. Comunicaciones. Vol.II. 2010
-«Carta de uno que fue en la Armada de Inglaterra y cuenta la jornada». Francisco de Cuéllar. 1589. La Real Academia de la Historia. Colección Salazar, número 7, folio 58.
-Cuaderno de viajes del autor en su recorrido por la ruta seguida por el capitán Francisco de Cuéllar.
Genial contenido¡¡
Muchas gracias, Francisco. Un cordial saludo.
Gracias hermanos irlandeses, vosotros manteneis vivo el recuerdo de lo que nosotros dejamos perder.
Antes de toda esa odisea Cuéllar es condenado a muerte tras la espantada de los galeones que quedaron sin gobierno en el canal de la Mancha, después de Gravelines. Lo de este hombre es de película. Supera a cualquier superhéroe.
Es increíble las cosas que pueden pasarle a los hombres extraordinarios. Un abrazo y gracias por seguirnos, Mauricio.
Magnífica página dedicada a que no desaparezca de la memoria colectiva algo tan importante como el recuerdo de lo que nuestros antepasados fueron capaces de hacer por s nuestra Patria.
Agradecería que hiciesen llegar a nuestros amigos irlandeses estas palabras de agradecimiento.
Reciban un cordial saludo.
It is not without shame that I must confess I was totally unaware of what Irish people was doing every year for remembering our forebears who lost their lifes on Irish beaches.
I first discovered the annual ceremony in Grange and got really impressed by the simple and deep emotion one can see on attending persons’ faces.
But then, thanks to armada invencible.org I learned it was not only the Grange ceremony but also de Cuéllar memories all along his trail which was doomed to death hadn’t it been for all the help he found in Irish people.
With these words, I’d like to thank the Irish people for doing so much for keeping alive our heroes memories.
With my deepest respect,
Manuel de Miguel de Santa Gema
Emocionante, querido Manuel.
Muchas gracias por seguirnos y por ayudar a difundir nuestro trabajo que tiene como único fin mantener la memoria de todos aquellos olvidados.
Tus palabras ya han sido enviadas a Eddie o’Gorman, presidente de la Spanish Armada Ireland.
Un fuerte abrazo.
Supe de esta aventura por los trabajos de mi padre José Luis Casado Soto sobre la Gran Armada (mal llamada invencible) y es increíble que en Irlanda se hagan cosas para recuperar la memoria de aquellos valerosos tripulantes que en España no se hicieron…
http://www.rtve.es/alacarta/videos/cronicas/cronicas-jose-luis-casado-soto/2023721/
Hola, Clara. La verdad es que debes de sentirte muy orgullosa de la labor de tu padre, un gran historiador. Nosotros, por nuestra parte, hacemos lo que podemos para recuperar, precisamente, esa memoria olvidada. Un abrazo.
Por casualidad encuentro esta fantástica narración ahora mismo que me encuentro de vacaciones en Irlanda y de paseo por la playa de Streedagh me encuentro una playa conmemorativa con la historia de los tres navíos y el capitán Francisco de Cuéllar. Sin duda es digna esta historia de una gran película, es una pena que en España no se pongan en valor las historias de personajes grandes de la historia. Gracias de nuevo por tu relato, saludos desde Irlanda.
Hola, Nacho! Gracias a ti por leernos y seguirnos. En nuestro blog encontrarás mucha información al respecto que espero te sea interesante. Felices vacaciones!!
Hola. Estuve en Irlanda el verano pasado y me conmovió la epopeya de la Felicísima Armada (bien llamada), y en particular de Francisco de Cuellar. Muchas felicidades por vuestra web y cómo lo narráis de bien. Pero dado el número considerable de supervivientes qué, felizmente, pudieron retornar de Escocia a Flandes me cuesta creer que no haya algún mínimo relato más sobre alguno de ellos (aparte de Cuellar). Veo que hay publicados varios libros sobre la » Armada Invencible», pero ¿cuál puede relatar mejor este tema de los supervivientes, y de forma histórica, y con cierto rigor, y no novelada?. O si disponéis de documentación sobre ello en vuestra web mejor aún. Muchas gracias, Felix.
Hola, Félix!
Creo que «La Gran Armada» de Collin Martin y Geofrey Parker tiene el nivel justo de «ser ameno» y «riguroso». Puedes empezar por ahí.
Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo!
Muchísimas gracias por este trabajo y enhorabuena. ¿Es posible encontrar un facsimil de la carta de Francisco de Cuéllar? ¿O al menos el texto original en castellano actual?
Hola, Julián! Gracias a ti por leernos y seguirnos. Te paso el texto íntegro de la carta de Cuéllar, pue puedes leer aquí https://celt.ucc.ie/published/S108200/text002.html
Un abrazo!
https://www.facebook.com/SpanishArmadaIreland/?__tn__=kCH-R&eid=ARBZkfu66nCLbOQIUQZz8H4NopX9M6i3fIj_sIdU4Sbrfgca_gw5CgEFTucYIKlxuuvXbizURkbHyo-R&hc_ref=ARRhynW8-0dMyyuHOGdlPJAsu94mwdqUsUX7wwel2wxeFqBhiubMVc1gzRjdJSG_oqs&fref=nf&__xts__%5B0%5D=68.ARCINqT0gSkWMTTdCLJeaLmca2Nx5aTwgCC9dbZivM0n3sy3tlAQT-fuDZJ0lWwYrCJHwSrYvSElHYk7im2PRh8u2sPvFKssVN6_cleut2yB9SV4_Otuiy0gLSpCSYPbgzNlz_GWu48UhDxYOSskIoK8If2Bigw2ZY0EDjljevCjyUESYpPqRuIIS0gcxB7GNxbhdGq7rj7yzNCRNi-kXTniI-aBIzxvsIlUOcC40NmB76e5pFg7jD4tnWAwoOQMsFSsqvWAtyP0S0xQP_x69iacb9DR9vBILE8GuN_ok7aO6bLzaUOsDOyC-8hBNi3d1zbGW4vA3UD7sYzyZa4zCuLcYuyeqF6GT2Iv32qRIz1FURotGpZRAOHCBkT_9WHDGR_0iISetJjjWf-_o3fCRyIXWg3BpL5Cwd1IfbqnBPnHu5yWCqxBmvTk0yH3zZWFJbOBEmc29ablgbO-wc9Eo6szrApz4VFhGUg-JXT1UvI29Gi_Xz2ijiG9
Hola, José Antonio. Por supuesto que seguimos a nuestros amigos!. Un cordial saludo.
Hola Pedro Luis gracias, pase el enlace porque justamente el protagonista actor del documental es un amigo mio de alicante, y la han estrenado esta semana, un saludo
Hola, José Antonio! Estamos deseando conocer a Fernando. Estamos en contacto con él y ,cuando podamos, nos tomaremos una cerveza juntos. Un cordial saludo.
Hola Pedro. ¡Felicidades por tu magnífica página! Tengo gran afición a la historia de España relativa a esa época y, aunque en el caso que nos ocupa se trata de un desastre con tintes heroicos, es increíble el absoluto desconocimiento que el ciudadano medio español tiene sobre su propia historia… En una reunión de padres de alumnos dejé caer el tema de la Gran Armada o la Felicísima (nadie lo relacionaba en principio con la mal llamada Armada Invencible) para, una vez mostrados sus distorsionados recuerdos sobre la misma, no tener ni idea del desastre de la «Contra Armada»; ¡ni sabían lo que era!. Y no hablemos de los libros de texto escolares. En fin…
¡Hola, Edmundo! Muchas gracias por tus palabras. Me halaga que te guste mi página. Lo que dices es muy cierto y en eso andamos, en divulgar para todos esta increíble epopeya y en dignificar a sus protagonistas.
Muchas gracias por tus palabras. Un fuerte abrazo.
Hola Pedro, de nuevo.
¿Conoces alguna editorial que haya publicado en facsímil la «Carta de uno que fue en la Armada de Ingalaterra y cuenta la jornada”? Muchas gracias.
¡Hola de nuevo! No que yo sepa. Muy pronto colgaré en la web la transcripción del original, pero antes tengo que rehacer mi entrada sobre la Ruta de Cuéllar que está llena de inexactitudes propias de mis primeras publicaciones ; )
Gracias Pedro por esta labor de divulgación y de memoria histórica.
Grandes hombres olvidados, ejemplo de los más nobles valores. Gracias por recuperar y poner luz sobre nuestra historia. España necesita, ahora más que nunca, conocer su historia.
Gracias a ti por leernos, Juan José. Es una gran satisfacción leer mensajes como el tuyo que nos ayudan a continuar con nuestra labor.
un fuerte abrazo.
Buenas tardes y enhorabuena por vuestro trabajo gracias al cual he podido conocer más en profundidad una parte importante de nuestros ilustres héroes tan olvidados. Tal es así que me estoy planteando realizar dicha «ruta de Cuéllar» este verano y aventurarme con las comodidades de nuestra época a lo que vivió y conoció nuestro marino .
Es factible hacerla en bicicleta?. Que distancia y dificultad del terreno habría?.
Bueno encantado de haber conocido este magnifico trabajo y espero vuestra respuesta.
Saludos
¡Hola, José L.!
Sí, es posible hacerla en bicicleta. Yo no la he hecho entera y no te puedo ayudar mucho, pero para hacerla completa, deberás partir desde Grange y dirigirte a Irlanda del Norte.
En el artículo están los lugares relacionados y la ruta a seguir por orden.
Espero que te vaya muy bien! Un cordial saludo!
Hola , mi enhorabuena por el texto y el interés que en mí ha despertado, sin duda seguiré leyendo sobre éste episodio de la Historia que a pesar de ser también » Cuéllar » desconocía , gracias por ello y hasta pronto . Cuando vuelva a Irlanda sin duda intentaré hacer la ruta .
¡Muchas gracias, Lola! Ojalá puedas hacerla pronto. Te encantará. Un cordial saludo.
Hola Pedro que tal estás,
en el punto Núm. 4 de la «Ruta De Cuellar» donde pones la foto de la ruina del castillo de O’Rourke, no consigo localizarlo por el Google Earth, y es que estoy planeando ver todos los puntos posibles de la misma en Septiembre cuando vaya de nuevo al memorial de la Armada de este año donde espero verte de nuevo y saludarte en Grange, ¿puedes darme la localización exacta de las ruinas del castillo?
De nuevo agradecerte tu trabajo y dedicación..
Un fuerte abrazo y un saludo
José L Bernal
¡Hola! Por aquí todo fenomenal. Deseándo que llegue el fin de semana del 20 para estar allí.
Hoy ese castillo es denominado Parke’s Castle y está en Kilmore, Co. Leitrim, Irlanda (muy cerca de Sligo). Búscalo con esas señas en Google Maps y te aparece sin problema (está a las orillas del lago Gill.
El castillo original fue demolido en 1628, pero ese es el sitio.
¡Nos vemos en Grange! No dudes en saludarme ¡Un abrazo!