¿Sabías que 32 mujeres acompañaron a la Armada Invencible y a sus maridos soldados a bordo de la urca La Santiago?. Todas ellas regresaron a España después de casi un año de aventuras y desventuras por los mares del Norte. No te pierdas su fascinante historia.
En La Santiago, capitaneada por Juan Bautista de Luna embarcaron en junio de 1588 treinta y dos parejas formadas por otros tantos soldados y sus respectivas mujeres de camino a la conquista de Inglaterra.
En este barco también embarcaron parte de las mulas necesarias para arrastrar la artillería, así como un número indeterminado de mozos muleros encargados de su cuidado.
Esta urca se apartó del grueso de embarcaciones capitaneadas por Medina Sidonia a principios de septiembre de 1588, presumiblemente forzada por los vientos del suroeste, y se vio obligada a desandar el camino navegando desde el oeste de Irlanda hasta la isla de Skudeneshavn al sur de Noruega.

Allí fueron bien recibidos por los locales, que incluso se ofrecieron para pilotar la urca hasta Bergen con la intención de poder pasar el invierno allí. Sin embargo, en el trayecto hasta Bergen La Santiago naufragó en la isla de Moster forzada por otro temporal. Por suerte para nuestros matrimonios, se pudo salvar “la gente y algo de bizcocho y pólvora”.
Tras el naufragio, un grupo de alrededor de unas 100 personas, entre hombres y mujeres, encabezados por el piloto Nicolás Juan Rayan, fletaron un navío llamado El Caballero de la Mar con intención de llegar a Flandes vía Hamburgo. Partió de Bergen el 15 de diciembre de 1588, pero un gran temporal le obligó a navegar por el norte de Escocia hacia las islas Feroe. Desde allí, y sin poder desembarcar, pudieron hacer la travesía para llegar finalmente a Lisboa el 10 de enero de 1589, después de casi un mes de penoso viaje y poniendo a salvo a parte de los matrimonios protagonistas de nuestro artículo.
El resto de parejas de la naufragada urca La Santiago, además del resto de la tripulación no embarcada en el El caballero de la Mar, siguieron otros caminos para regresar a España, llegando incluso a atravesar a pie Dinamarca, Alemania, Flandes e Italia, en un periplo de varios meses de duración.

Por fortuna, la tripulación de “La nave de los casados” (como la llama el duque de Parma en sus escritos a Felipe II) pudo tras meses de peripecias regresar a España. No nos queda más que desear que estos treinta y dos matrimonios tuviesen una muy feliz existencia, que tuviesen muchos hijos y que la experiencia de este viaje los mantuviese unidos de por vida.
Merecido recuerdo de los que tantos sufrieron y lucharon por regresar. Además de 24 mulas del tren de artillería embarcaban 40 caballos, lamentablemente, estos animales, fuero «tirados» por la borda el 10 de agosto. ALGB
Gracias por el dato y por seguirnos, Antonio. Un cordial saludo.
Muy interesante. Se sabe la razón por la que iban estás mujeres?
¡Hola Marianne! Eran parejas de soldados y personal de apoyo de la Armada. Posiblemente recién casados y muy, muy enamorados ; )