Josep Gosalbes de Cunedo fue un notable médico y poeta del renacimiento, que participó en la Empresa de Inglaterra de 1588 y que desarrolló la mayor parte de su obra y su vida profesional en Bruselas.
Gosalbes de Cunedo se convierte así en uno de los grandes autores a bordo de la «Armada Invencible» junto a Lope de Vega.
Gosalbes de Cunedo, alicantino de nacimiento, firmó sus obras como «patricius Alonensis» o «patricius Ilicitanus», en una época en la que ambos gentilicios se empleaban (en latín) para designar a los habitantes de Alicante [1]. Además, sus referencias a esta ciudad en su obra son notables llamándola en uno de sus epigramas patria nostra.
Aunque desconocemos la fecha de su nacimiento (posiblemente 1528), tenemos información parcial sobre su vida en los años 1588, 1595 y 1601 y, casi siempre, por los datos autobiográficos que proporciona su obra. Desconocemos la fecha y lugar de su muerte, así como infinidad de datos de su biografía.
Su obra, escrita en una forma tardía del latín humanístico, de modelo clásico y escrita íntegramente en esa lengua, desvela un estilo oscuro, plagado de referencias clásicas y mitológicas y con la ambigüedad como recurso literario. Posiblemente, si su obra se hubiese escrito en lengua romance se le habría podido tildar como de estética barroca.
Junto a las alabanzas a nobles y poderosos, la obra de Gosalbes de Cunedo dedica especial atención a su preocupación por el conflicto religioso entre católicos y protestantes, así como el de su interés por los avances y el conocimiento científicos (la reforma del calendario gregoriano, la botánica, etc.)
La familia de Gosalbes, según deducimos de su obra, pertenecía a una élite venida a menos.
Aunque en realidad se pudo permitir estudiar medicina en la Universidad de Valencia, lo cierto es que años más tarde se vio obligado a trabajar como médico militar fuera de su tierra, al igual que lo haría su hermano Pedro que, como militar, falleció (probablemente) en la batalla de Los Gelves en 1560.
Esta incipiente precariedad lo llevó a embarcarse en la llamada «Armada Invencible», sin que sepamos si lo hizo en su condición de médico (ya que la práctica totalidad de médicos iban embarcados en la urca hospital la San Pedro el mayor) o bien si lo hizo como soldado.
Lo cierto es que, en su obra Gosalbes de Cunedo declara que embarcó y naufragó en el galeón San Mateo, donde fue hecho prisionero tras su captura por las fuerzas protestantes anglo-holandesas.
«Yo soy aquel que, pobre de mí, fue capturado en el barco San Mateo junto con marineros, siervos y soldados»
Su experiencia en el galeón San Mateo
El galeón San Mateo, construido en la India portuguesa a principios de la década de 1570, había partido de La Coruña con ciento diez marineros y doscientos setenta y nueve hombres de guerra. A bordo, como oficial superior, embarcó don Diego de Pimentel, maestre del tercio de Sicilia.
El 31 de julio participó durante su periplo por el canal en un fuerte cañoneo con el escuadrón de Drake, a la vez que auxilió a la almiranta San Juan de Recalde.
El 2 de agosto se empeñó de manera notable disparando contra la escuadra de Howard.
Tras el fondeo en Calais el 6 de agosto y el ataque con brulotes a la flota española, el 8 de agosto volvió a participar en las refriegas contra la flota inglesa junto al San Juan y el San Felipe, episodio en el que combatió a intervalos por entre diez y trece navíos ingleses durante varias horas.
Tras tan notable participación y con el casco abierto, principalmente por el retroceso de su propia artillería («Se abrió de puro tirar cañonazos»), Medina Sidonia decidió que el galeón se desalojase, a lo que Diego de Pimentel se negó con la esperanza de poder conseguir algún buzo que lograse hacer el casco estanco de nuevo y gobernar adecuadamente la nave.
Aunque es cierto que algunos hombres del San Mateo fueron desalojados en algunos pataches, el número de ellos tuvo que ser escaso.
Al anochecer, con una mala mar que lo arrastraba hacia la costa de Ostende, el equipo de salvamento dispuesto por Medina Sidonia no pudo acercarse al San Mateo.
Cuando ya se había alejado de la armada, dos buques holandeses pertenecientes al escuadrón de Pieter van der Does, vicealmirante de Holanda y señor de la ciudad de Leiden, aprovecharon la situación para, tras un furioso combate (en el que los ayudaron, además, otros tres navíos ingleses estacionados en la isla de Walcheren, Zelanda), apoderarse del San Mateo.
El galeón portugués, que había recibido más de trescientos cincuenta cañonazos, no dispuso de la suficiente pólvora ni de balas para hacer frente a la escuadra angloholandesa hasta el final.
La nave, mortalmente herida, se capturó en un lugar indeterminado (quizás entre Ostende y Sluys) y fue asaltada el miércoles 10 de agosto de 1588.
Cuando los atacantes subieron a bordo, arrojaron al mar a parte de la dotación y otros murieron en combate (unos cuarenta fallecidos, según un documento escrito por Emanuels Van Meteren a principios de 1589) y el resto, finalmente, se rindió al vicealmirante Pieter van der Does.
Si el documento escrito por Van Meteren se ajusta a la realidad, el resultado de dicha rendición provocó aproximadamente la captura de unos trescientos hombres, Josep Gosalbes de Cunedo entre ellos.
La flámula del San Mateo, utilizada como símbolo de esta parcial victoria protestante en la contienda, permaneció expuesta en la iglesia de San Pedro de Leiden durante trescientos años, donde, colgada en el techo, llegaba hasta el suelo. Actualmente se conserva una parte de ella en el Stedelijk Museum De Lakenhal de la misma ciudad.
La nave se saqueó en medio de un gran desorden mientras llegaba remolcada a Vlissingen (Zelanda), donde tardó poco en hundirse.
Los mandos españoles, Diego de Pimentel, Juan de Velasco, el caballero entretenido Juan de Toledo, los capitanes Martín de Ávalos, Francisco Marqués y el alférez Alonso de Vargas se llevaron a Róterdam y de allí, junto a otros aproximadamente veinte hombres principales del galeón San Felipe hasta La Haya.
El humanista alicantino Josep Gosalbes de Cunedo fue encarcelado, al parecer, primero en Róterdam, después en La Haya y finalmente en Medemblik.
Gosalbes de Cunedo afirma en sus escritos que quedó en prisión mientras sus compañeros eran liberados.
Lo extraño de esta circunstancia nos hace dudar de su veracidad y remitirnos a las exageraciones habituales expresadas por muchos prisioneros; bien por vanidad, bien en aras de conseguir alguna prebenda.
«Ninguno de los nuestros me ofreció una mano a mí, que estaba sumido en el pozo»
En cualquier caso, la abundancia de datos y nombres a los que se refiere en su obra dan a su historia grandes visos de veracidad.
Al rescate de Gosalbes de Cunedo
Según sus poemas, la prisión holandesa marcaría la vida de Gosalbes por varias razones. Por una parte, dejó constancia de la lamentable situación que vivió en su presidio y, por otra, le permitió establecer una relación epistolar y de amistad con Justo Lipsio, considerado como uno de los eruditos y humanistas más famosos del siglo XVI.
Justo Lipsio trasladó a otro humanista, Lievin Calvaert, que entre los hombres capturados en el San Mateo había un personaje destacable, entendido en las letras latinas, sabio médico español y «amigo de la cultura» al cual debían dar auxilio y llevarlo, incluso a su ciudad.
No se conservan las cartas de Gosalbes de Cunedo a Lipsio, pero sí las respuestas de éste y su sincero interés por este «hombre culto en la literatura (algo sorprendente en un español)».
Así, sabemos que Lipsio le mandó a la cárcel un ejemplar de su obra De Constantia y prometió también enviarle un ejemplar de la Biblia.
Si damos por cierta la versión de Gosalbes de Cunedo sobre su liberación, ésta fue fruto de la ayuda de varios personajes; Justo Lipsio, su amigo Julino, una noble holandesa llamada Megana y alguien no identificado perteneciente a la alta nobleza holandesa de la familia Nassau.
Julino (el amigo de Lipsio) parece ser la primera persona que intentó ayudar a Gosalbes de Cunedo y fue él el que puso en conocimiento de los demás la penosa situación en la que estaba envuelto.
Por otro lado, Megana, la noble holandesa, parece que gestionó la solicitud de clemencia ante las autoridades y pudo poner a Josep Gosalbes de Cunedo en contacto con Diego de Pimentel, preso en la misma ciudad que él (Medemblik) aunque mucho mejor cuidado, gracias a la relevancia de su cargo.
«Ve ya con la orden ante el ilustre Pimentel» pone en boca de Megana, Gosalbes de Cunedo, en uno de sus versos.
Si nos atenemos a sus poemas, lo cierto es que cuando su liberación se llevó a cabo, fue Julino quien lo llevó, al parecer, a un convento junto a la noble Megana donde residió algún tiempo, advirtiéndosele del respeto y la discreción que debía de mantener en el mismo.
Madurez y legado
Ya no sabremos más sobre el poeta alicantino hasta 1595, cuando, de nuevo gracias a las gestiones de Justo Lipsio, parece ser que Gosalbes de Cunedo consiguió convalidar su título de médico de la Universidad de Valencia por el de la Universidad de Lovaina donde, precisamente, Lipsio era profesor.
Es también en este año cuando publica su primer libro de poemas, después de haber perdido sus escritos en el naufragio del San Mateo, y donde él mismo se nos presenta como residente en Bruselas y médico del ejército real de Bélgica.
En la tercera edición de este mismo libro, la de 1601, se nos presenta ahora como médico de cabecera de los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia (hija de Felipe II), reyes de Bélgica desde 1599 hasta 1621, lo que supone la cumbre profesional de Gosalbes de Cunedo como médico.
La obra de Gosalbes de Cunedo, sin embargo, pronto cayó en el olvido y parece ya totalmente olvidada en el siglo XVIII hasta que, en fechas tan recientes como 2023, la rescató del olvido el doctor de la Universidad de Alicante Antoni Biosca Bas.
Él fue, además, junto a la ayuda de otros siete latinistas de dicha universidad, responsable de editar la obra completa de Josep Gosalbes de Cunedo traducida al castellano, publicada por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alicante en 2024.
Bibliografía:
Josep Gosalbes de Cunedo. Obra completa. Antoni Biosca Bas (ed.). Publications Universitat D’Alacant, 2024.
Los prisioneros de la Armada Invencible. Pedro Luis Chinchilla. Ediciones B, 2023.
[1] A pesar de que el gentilicio de Alona pasó posteriormente a designar a los habitantes de Villa Joyosa y el de Ilicitano a los de Elche.
Su libro “Los prisioneros de la Armada Invencible” ISBN 13 : 978 8466 6745 84
Buenas tardes D. Pedro,
Lo siento, no utilizo redes sociales, sólo empleo el correo electrónico.
Mi nombre : José Rafael Garreta. Jubilado de 73 años.
He solicitado la compra de su libro “LOS PRISIONEROS DE LA ARMADA INVENCIBLE”
Investigador privado, registrado en el Archivo Histórico Nacional (AHN), mi bisabuelo Jose Garreta y Sancho Granado fue uno de los primeros funcionarios del recién creado AHN.
Mi email : josegarretasg@gmail.com
No tengo intención en publicar mis investigaciones : solo lo hago para dejarlo escrito a mis nietos.
Recientemente me han remitido desde el Instituto de Historia y Cultura Militar de Madrid un documento de 2 hojas que “supuestamente” corresponderían a un antepasado mío, Pedro de Castañeda, Capitán reformado que participó en la Armada Invencible a bordo del galeón San Mateo, herido en una pierna, fue llevado preso y liberado posteriormente.
Llevo 12 años dedicado a la investigación de mis antepasados, he conseguido copias originales de partidas de bautismo de mis familiares desde el siglo XV.
Sólo se me ha resistido encontrar información sobre mi 11º abuelo el «Nobilísimo Pedro de Castañeda» del que lo único que pude averiguar es que su esposa se llamaba Isabel Fabier, originaria de la Borgoña.
En la partida de bautismo de su hijo Juan Julian de Castañeda se menciona que éste habia nacido en 1.609 en el Piamonte (Camino Español) y que era hijo del «Nobilísimo Pedro de Castañeda».
En la partida de bautismo de su nieto Artus (o Arnoldo) de Castañeda se dice que había nacido en Bruselas en 1.640.
Bisnietos de Pedro de Castañeda, hijos de Artus fueron Juan de Castañeda, mi 8º abuelo y su hermano LUIS DE CASTAÑEDA, primer Marqués de Guardia Real, ambos brigadieres de las Guardias Wallonas con Felipe V. Los hijos de Juan y Luis emparentaron con las más nobles familias españolas, Carvajal, Navarrete, Borbones, etc …
Espero con ansiedad recibir su libro, y, cruzo los dedos por saber si entre sus investigaciones aparece mi antepasado Pedro de Castañeda.
Le agradecería algún comentario sobre este tema.
Atentamente,
José Rafael Garreta 652 628 844
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Querido Jose Rafael:
Muchas gracias por sus atentas palabras y enhorabuena por atesorar entre sus familiares personas de tal dignidad.
Le prevengo de que, lamentablemente, no tengo documentado a su familiar Pedro de Castañeda. Lamentablemente son alrededor de 300 hombres los capturados en el San Mateo de los que no he podido conseguir sus nombres.
No obstante, y por supuesto, eso no quiere decir que no esté usted en lo cierto.
Espero que disfrute mucho de la lectura de mi estudio y que le sirva para conocer, al menos, a los camaradas de su familiar.
Muy agradecido, reciba un cordial abrazo.